jueves, 28 de julio de 2011

Valoración del trabajo

Realizar el examen de Fotoperiodismo II fue una experiencia enriquecedora ya que me permitió acercarme a una realidad, como el arte a ciegas o a oscuras, que era lejana para mí, a través del descubrimiento de historias de perseverancia conmovedoras. Gracias a este trabajo pude entrar en contacto con personas ciegas o con baja visión, algunas artistas y otras no, que me sorprendieron por su buena predisposición para contarme sus vidas. Además, tuve la posibilidad de acompañar a estos individuos en diferentes situaciones, lo que me pareció gratificante y me permitió conocerlos, lo que considero que le da un sentido especial a mi trabajo.
Sin embargo, debo admitir que las dificultades aparecieron desde el principio. Elegir el tema del fotorreportaje fue uno de los principales desafíos que se me presentaron en la realización de este trabajo. Tras haber disfrutado y aprendido nuevos conceptos de composición y modos de contar mediante una imagen durante el curso, quería aprovechar la oportunidad del examen para adentrarme en un tema que me interesara y me involucrara.
Luego de considerar diversas posibilidades opté por hacer el trabajo sobre “Artistas ciegos o de baja visión”. De este modo conocí a muchas personas ciegas o con visión limitada que me contaron sus historias. Si bien al principio pensé que sería difícil encontrar artistas ciegos y de baja visión, la realidad me sorprendió. Hay mucha gente que, por más que tenga estas dificultades emprende un camino artístico, ya sea como carrera o como jobi. Hablando con una cantante, conocí a la soprano Libertad Navarro quien me permitió entrar en su mundo. En la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay me presentaron a Julio Bazzano. Y ellos me dejaron ingresar en sus universos artísticos.
Si bien ambas historias son diferentes, tienen algo en común: la perseverancia y la lucha por lograr lo que quieren. Compartir ensayos y presentaciones con ellos me hizo conocer sus dificultades, sus gustos y su talento. Tuve que aprender algunos códigos implícitos y a decir escuchar en vez de ver.
Aunque me enfrenté a diversas dificultades, entre ellas mi propia ignorancia, logré conocer las historias de dos personas que luchan por hacer lo que les gusta, en el caso de Libertad cantar, y en el de Julio, narrar cuentos.
En cuanto a lo formal, las dificultades reaparecieron a la hora de elegir las fotos. Dudé. Creo que tener muchas imágenes me condujo a que me costara la elección. Descarté muchas fotos por problemas técnicos, por ejemplo porque estaban fuera de foco (salvo cuando esto significaba un recurso narrativo), y otras porque no transmitían lo que quería comunicar. Sin embargo, la cantidad de fotografías que saqué de estos artistas revela algo de lo que no dudo: llegué a conocerlos y a involucrarme con ellos.

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