Lucía Cohen, 21 años, estudiante de Comunicación, en busca de un mensaje local.
Parada frente al Duomo de Florencia, Lucía Cohen recordó la definición de Kant según la cual el arte no es la representación de las cosas bellas sino la bella representación de las cosas. Y entendió que el camino en el que se vinculan sus dos pasiones el periodismo y la moda, al igual que el de la belleza y el arte, había comenzado.
De la Universidad de Montevideo a la de Florencia, dos estudiantes de la Facultad de Comunicación de la institución uruguaya viajaron junto a la decana Eileen Hudson a Firenze para demostrar que los mensajes globales y regionales pierden vigencia en publicidad.
Una de ellas, Lucía Cohen, alumna de tercer año, cuenta su experiencia.
¿Cómo surgió la posibilidad de participar en el congreso “Global Fashion Marketing: Creative and Innovative contexts”?
La decana Eileen Hudson nos propuso a Florencia Mieres y a mí preparar un paper para presentar en el congreso. Debido a que los plazos eran ajustados, tomamos una investigación que ella misma había hecho con otros académicos de la Universidad y le dimos el marco teórico para completar el trabajo.
¿A qué conclusión llegaron?
Básicamente la idea es que aunque estemos en un mundo hiperglobalizado caracterizado por la internacionalización de los mercados y la homogenización de las culturas y tendencias globales, los mensajes en publicidad deben adaptarse al consumidor local ya que la psicología y necesidades de cada persona varían de acuerdo a su origen y tradición, incluso en las mismas regiones.
¿Cómo surgió esta invitación?
La Prof. Hudson sabía que Florencia Mieres y yo estábamos interesadas en la industria de la moda porque habíamos hecho un seminario sobre este tema en primer año. De hecho, antes de eso, mi primer contacto con la Universidad de Montevideo fue cuando participé en un curso de dos días dirigido a profesionales, empresarios y periodistas acerca de marketing y periodismo de moda.
¿Qué sentiste cuando decidieron que iban a viajar?
Te sonará cursi (risas) pero, mucha emoción. La verdad es que el viaje parecía una posibilidad remota, pero una vez aceptado el paper empezamos a considerar ir a Florencia a exponerlo. Y cuando lo decidimos estaba desbordada, no podía creer que estaba a punto de viajar a un país increíble y encima a una actividad en la que confluyen la comunicación y la moda, mis grandes pasiones.
¿Qué fue lo más positivo de este viaje?
Es difícil reducirlo a un punto, fue una experiencia espectacular de la que aprendí mucho. Lo más importante fue, en lo académico, participar de un evento que no subestima el área de la moda y poder asistir a conferencias de profesores de grandes universidades europeas. En lo personal, la convivencia con una compañera y una profesora fue enriquecedora y en lo cultural, la visita a Florencia fue una experiencia incomparable.
Teniendo en cuenta que sos joven y trabajaste unos meses en sociales de Galería, participaste en la parte de comunicación del evento Punta Weekend y ahora colaborás con la sección moda de El Observador, ¿considerás que tu futuro es especializarte en esta área?
No sé si mi futuro, pero mi presente sí. Me encanta lo que estoy haciendo pero creo que necesito estudiar más si quiero seguir en esto. También me gustaría dedicarme al periodismo internacional pero bueno, me lo tomo con calma. No planeo demasiado, mi corta experiencia me demuestra que lo mejor es estar alerta, no dejar pasar ninguna oportunidad y dar el máximo de sí en cada circunstancia.
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